martes, 26 de octubre de 2010

Infancia y vida en Los Arenalejos


(Nota de CORREO A: Este texto es un resumen de reflexiones y experiencias de la Colectividad Los Arenalejos, un ensayo comunal autogestionario que desde hace varios años abre camino en la provincia de Málaga, al sur de España. Lo hemos extraído de LA HOJA, excelente publicación que hace poco empezaron a editar esos compañeros.)

Es curioso constatar que incluso en los medios libertarios cuando tocamos el tema de los/as niños/as se oigan y vean las mismas barbaridades que por doquier, ¿Estamos pues condenados a perpetuar este sistema hasta el gran día de la Revolución que lo cambiará todo con su varita mágica?

Por nuestra parte hemos decidido no esperar, empezar algo aquí en la colectividad Los Arenalejos. Lo que podamos vivir y realizar depende tanto del buen funcionamiento en si de la colectividad en su globalidad (aspecto relacional, económico, auto-crítico, etc.) misma, como de nuestras capacidades críticas e imaginativas en cuanto a las relaciones adultos/niños, pero también y en gran parte, de la respuesta del Movimiento Libertario. De sus componentes y de otras personas sensibilizadas en el tema y directamente implicadas (adultos viviendo con niños).

No podemos considerar el desarrollo humano de la niñez sin cuestionar nuestro desarrollo propio: se ha dicho que la educación del niño tendría que empezar por la de los abuelos. El poder, el si que no ha esperado: somos frutos de nuestros padres y madres quienes han sido a su vez “frutos” de sus propios padres y madres por lo menos psíquicamente, a pesar de que los niños están cada vez menos a cargo de sus progenitores.

La represión de los sentimientos, sus consecuencias y su perpetuación han sido demostradas por A. Miller (Cf.:ES POR TU PROPIO BIEN, EL CONOCIMIENTO PROMISCUO, etc.). También nos parece difícil cuestionarse de verdad sin la crítica y el apoyo mutuo por parte de los demás adultos. La pareja, la familia nuclear y la escuela bien parecen ser los medios privilegiados para perpetuar la represión de los sentimientos. Al contrario, la Colectividad parece ser un lugar privilegiado para recuperar la globalidad de nuestras vidas solitarias, una insumisión a la atomización, al recorte de nuestra vivencia en el tiempo y el espacio.

...Según H. Montagut, el desarrollo del embrión se realiza en dos etapas iguales de nueve meses cada una; o sea, la gestación propiamente dicha, y la exterogestación, después del parto. Con esto queremos subrayar la importancia de la relación del recién nacido con la madre.

Sin embargo, ¿a quien le preocupa el tema en una sociedad de provecho en la que solo cuenta la disponibilidad de los individuos para cumplir cuanto antes sus respectivas funciones? Funciones de:
 - Producto (para maternidad, guarderías, escuelas, etc.)
 - Consumidor (leche, artilugios de toda clase, golosinas, libros, televisión, medicamentos, etc.)
 - Productor (cuidadores de niños, maestros, industrias de objetos para bebes, etc.)

Es así también como se ve “normal” parir en un hospital frío, a menudo ni siquiera deseado (un intruso de cualquier manera). Lugar altamente tecnificado donde la mujer no es otra cosa que un tubo que se insensibiliza invocando el dolor y la seguridad.

...Además, basta romper la continuidad de la relación con el recién nacido inmediatamente después del parto para que la madre ya no pueda relacionarse de manera “placentera” con su recién nacido, de manera “animal”. Ya no sabrá dar una respuesta instintiva (inmediata y erótico-vital) a las necesidades del bebe. Tendrá que utilizar la voluntad y las recetas de los especialistas, que bien poco saben de las necesidades autenticas de l*s niñ*s, en cuanto a alimentación se refiere, y menos todavía en cuanto a la afectividad. Ahora bien, sabemos con Reich y muchos otros que la estructuración psíquica, afectiva, emocional y sexual empieza por esta relación con la madre.

Siempre dentro de la lógica del sistema, el/la niñ* tiene que ser independiente cuanto antes para “liberar” a la madre. Esto implica un destete rápido, y ni pensar siquiera en darle el pecho cuando lo desee hasta que se destete solo (período que varía de 1 a 4 años). No cabe duda pues, que en todos estos espacios, estos vacíos que se crean, les van a poder colar un montón de artilugios, desde el chupete de plástico hasta el biberón, en lugar del pecho; pasando por el cochecito en lugar del paño que mantiene al bebe contra el cuerpo de su madre. Así es el mundo occidental, terriblemente seco de humanidad, pero repleto de objetos de consumo para la maternidad, todos ellos modos de alejamiento con respecto a la madre primero y con las demás personas mas tarde.

...Si empezamos nosotras las mujeres por aclarar miles de mentiras y engaños, empezaremos a recobrar lo nuestro, nuestra maternidad, una maternidad deseada y que no sea la esclavitud del patriarcado, o sea una violación, sino una maternidad erótico-vital. Porque además de nuestra realización como mujeres, es un rechazo de perpetuar el primer y fundamental eslabón para “fabricar” seres humanos sometidos y mutilados.

...Se trata de tomar a los niños en serio, como seres íntegros. Dejar llorar a un* niñ* no puede ser bueno para el/ella. Llevarlos en brazos cuando lo piden, en un trapo contra el cuerpo, dormir con ell*s, no es “acostumbrarlos mal”. Es sencillamente responder a unas necesidades: las de calor, de contacto físico, seguridad, ternura. Reprimir esas necesidades no es mas que obedecer el mandato de un sistema que necesita seres fríos, bloqueados corporal y emocionalmente. Estar atentos a las necesidades del niñ*, es permitirle que desarrolle sus capacidades.

...Pero preocuparse por el nacimiento, por el bebe, no es suficiente, mas tarde esta la escuela. “La enseñanza no es mas que la manera de hacer penetrar, favoreciendo lo mas posible su ascensión jerárquica, al pequeño, en un sistema de producción de mercancías y de armas cada vez mas eficaces y mortíferas”. (H. Laborit). Ahí se le enseñará lo que es realidad, la realidad del poder: conformismo, competición, prejuicios. Es que el/la niñ*, si se le escucha resulta peligroso/a. Si en lugar de hincharle de informaciones, se le deja expresarse, bien sería capaz de dejarnos perplejos. Hay que hacer de el/ella un adulto, cuanto antes mejor. Y lo peor es que lo logran, o casi. Están las escuelas activas que utilizan una pedagogía mas elaborada, mas atractiva, y que son (de una manera mas sutil) igual o mas eficaces para el sistema.

Lo cierto es que al salir de la escuela, l*s niñ*s estan muy tiesos, tienen una vida bien compartimentada: escuela, familia (casi ya ni eso), trabajo (cuando tienen suerte), patria. Y además, gracias al progreso, un ocio formador (TV, cursillos, deportes, viajes, juegos de azar); en fin, todo para que la serpiente se muerda bien fuerte la cola.

“El Estado para justificar su rol de gestionario social y de gestionario de la vida de las gentes, necesita reventar el carácter global y total de la vida. Necesita dividir, dividir y dividir mas todavía, para poder presentarse como el especialista necesario para la coordinación.” (J. Raynaud).

Hoy mas que nunca nos parece indispensable empezar a crear las bases tangibles para una sociedad autogestionaria, capaz de luchar contra un sistema altamente destructor, siendo la destrucción de la naturaleza la parte visible del iceberg, y la parte menos visible, la aniquilación de nuestra capacidad de relacionarnos.

Crear las bases de una sociedad autogestionaría a partir de las preocupaciones concretas del día a día, del malvivir de este sistema. Una sociedad autogestionaría económicamente viable, y que además, y por su propia estructura, sea creadora para todas las edades, empezando por l*s niñ*s.

Aquí estamos en marcha, con posibilidades materiales, agrícolas y humanas. Sin embargo, para que esta colectividad y su contenido prosperen, y tomen cuerpo, hacemos un llamamiento para que las personas decididas a cambiar el rumbo de sus vidas y la de l*s niñ*s con quienes convivan, tomen contacto con nosotros.

Ya es hora de que saquemos la gran vela, que naveguemos llevados por la vida, hacía horizontes desconocidos, inimaginables.

“Mas allá del ideal, hay siempre ideal” (Ricardo Mella)

(Correo A, # 21, pp. 16-17; enero 1993)

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